17 noviembre 2012

EL ROBLEALTO

El otro día estuve sentado un rato debajo recostado sobre su tronco. Observaba el paisaje que desde allí se divisa, es un paisaje tranquilo, sereno, no lo altera nadie, solo se escucha el viento y algún pájaro. En la lejanía el ruido de algún coche por la carretera.
No estuve mucho tiempo pues hacía frío pero la sensación de tranquilidad me permitió repasar muchas vivencias y recordar recuerdos.